Lorca, un poeta en Nueva York

Chavela Vargas decía, cuando le preguntaron qué se sentía al visitar la casa de García Lorca, que era como acariciar un sueño, tener una esperanza en la mano. Bonita definición. También añadía la grande Chavelita que si hubiera un García Lorca en cada casa y una casa en cada Lorca el mundo sería divino: en vez de fusiles, poesía en una época en la que la paz parece imposible...
Chavela entendía mejor que nadie a Lorca, aún sin conocerlo físicamente. Chavela las pasó putas en su juventud, fue la pionera en México en usar pantalones... también fue una de las primeras que amó a Frida Kahlo... una más en el triángulo Frida-Trotski-Rivera.
Chavela sufrió el rechazo desde niña... simplemente por cantar rancheras y llevar el pelo corto. El machismo imperante la marginó, al igual que marginaron a Lorca llevándolo al paredón como forma de apagar su sensibilidad... ¿Realmente creyó Franco que Lorca pasaría a la historia una vez muerto? ¿Acaso no conocía el dicho aquel de que "las ideas nunca mueren"?

Sus ideas eran dulces. Dulces sentimientos. Sensibilidad que le costaría la vida. Lorca murió físicamente pero como decía Chavelita Federico está en todo lo hermoso del mundo, en cada cosa que ocurre, una flor que nace, ahí está Federico.
¿Quién dijo que Federico había muerto?

VUELTA DE PASEO

Asesinado por el cielo,

entre las formas que van hacia la sierpe

y las formas que buscan el cristal,

dejaré crecer mis cabellos.

Con el árbol de muñones que no canta

y el niño con el blanco rostro de huevo.

Con los animalitos de cabeza rota

y el agua harapienta de los pies secos.

Con todo lo que tiene cansancio sordomudo

y mariposa ahogada en el tintero.

Tropezando con mi rostro distinto de cada día.

¡Asesinado por el cielo!

1910